Número uno — priv.

— Y les dejo con la última tanda de canciones de la tarde antes de escuchar por primera vez en nuestra emisora a Christian Hawkins —ella dijo suavemente al micro delante de sí, y miró frente a ella al mismísimo Christian en persona.

Estaba excitada. No podía parar de sonreír y mirarle, tan atractivo con sus facciones duras y su mirada amable. Había tenido un montón de posters de él en su habitación desde que su música había salido, e incluso en la emisora también, pero había quitado algunos para poner de otros cantantes en su lugar y no levantar sospechas. Había sido fan de él desde hacía tiempo y aunque su música no era precisamente lo que ella generalmente escuchaba, su voz era bastante buena como para no querer bajarle volumen a su radio cuando escuchaba sus canciones.

La emisora había traído a Christian por la promoción de nuevo disco, y ella había salido brincando pidiendo que le asignaran el horario de su programa radial solo porque quería conocerle. Ciertamente él era muy diferente también a la música que ella colocaba para el público, pero aquel día le daba muy igual.

Sus ojos azules brillaron cuando sonrió— Generalmente tú no entras en mi repertorio —comentó recostándose en su silla giratoria, fingiendo tranquilidad—. Creo que eso aumentará el número de personas que me escuchan —la alegría de su mirada y de su voz fue suficiente para dar a conocer que estaba siendo estúpida e igual que todas las fans que le perseguían y de las cuales ella misma se burlaba.

Los últimos días, él estaba movilizándose más de lo normal. No solo porque su disco estuviese a punto de salir, no. Esa era una de las razones, pero no todas. La razón principal era la chica que estaba embarazada de él y de la que no sabía demasiado. Ella le había hecho sacar canas (casi literalmente porque esa misma mañana se había encontrado una cuando se peinaba) y ni siquiera vivían juntos.

Aquel día le había enviado un mensaje a Holly para verse pero, como era habitual, ella no le había contestado. Se había levantado temprano para comprar las cosas que la futura mamá de su bebé le había pedido y por si eso no fuese poco, tenía también la cita para promocionar su nueva canción.

Él había escuchado muchas veces ese mismo programa, pero nunca se imaginó que quien lo conducía era una muchacha incluso más joven que él. Altaire era amigable además. Tenía ciertamente cara de pocos amigos, pero estaba resultando ser agradable estar allí con ella. Y tenía un gusto exquisito en la música▬ O las hará arrepentirse de escucharte de nuevo. ▬Dijo riendo▬ Tu programa tiene muy buena música y de pronto llego yo… Eso no es muy esperanzador. ▬Él era consciente que no le gustaba a muchas personas pero se lo tomaba con diversión porque mientras tuviese personas a quienes sí le gustasen estaba bien.

Christian jugó con el bolígrafo que había cogido de entre las cosas de la rubia, y comenzó a trazar dibujos por la mesa en plan aburrido. Luego, volvió a hablar con parsimonia.

▬ He escuchado tu programa un montón de veces, ▬La miró y sonrió▬ pero nunca me imaginé que pudieses ser tan joven ▬Debía admitirlo. Ciertamente su voz sonaba fresca aunque diferente debido al transistor de voces pero siempre creyó que era alguna mujer de treinta y tantos años, y no una chica de veinte▬ ¿Qué edad tienes? ¿19 – 20? ▬Preguntó con curiosidad, mientras se inclinaba por sobre la mesa para verla mejor.

Altaire estaba en una nube. Ciertamente ella había agotado el cupo de personas famosas a las que conocía. Su amiga Clover, por ejemplo, era la hija del Primer Ministro Inglés. Y luego estaban los dos principitos del Palacio Real, aunque ellos no eran amigos ni mucho menos. Sobre todo ese James. De solo pensar en él, los vellos de su nuca se crispaban en angustia.

Sin embargo, conocer a Christian sí era ameno. Había cantado algunas de sus canciones a todo volumen en casa, e incluso tenía un par de sus discos. Y, debía admitir que su tono de mensajes, era el tema de su disco pasado.

Sonrió como tonta y apoyó su rostro en su mano suspirando, antes de hablar y halagarle— ¿De qué hablas? Tu música es muy buena. Si no la pongo es porque no es el tipo de canciones que generalmente hago escuchar. Ya sabes, un poco de rock, nada de pop —se encogió de hombros y sonrió alegre, sin poder apartar su mirada de él. Dios mío, ella tenía un enamoramiento con él y eso no era correcto. ¿No estaba saliendo él con una chica? Y así no lo estuviese, las posibilidades que habían de que él se fijara en ella, eran nulas.

Ya deja de pensar en eso, Tay. Pareces una de esas fans de las que tanto de burlabas hasta hace horas atrás, se reprendió mentalmente y frunció el ceño intentando callarse a sí misma.

Su corazón comenzó a palpitar deprisa y se tapó la boca con las manos después de pegar un chillido ahogado— ¡Oh Dios! ¿Me has escuchado? —contrólate— Quiero decir, eso es muy lindo. Lo siento —se sonrojó furiosamente y comenzó a jugar con su cabello para taparse a sí misma de su mirada—. Sip —hizo explotar la p final y giró su silla jugando con ella—, 20 casi saliendo ¿Qué edad pensabas que tenía? —paró de girar en su silla, y le miró con una sonrisa, alzando una ceja— Tú luces más joven en persona, de todos modos ¿sabes?